Nubita

Descripción

LUZ, REFLEJOS Y ALGO DE MAGIA

Ponla bajo el sol o sobre cualquier foco y disfruta del espectáculo: destellos fluidos que se deslizan por su superficie como si estuviera viva. Con luz artificial, su brillo multiplica el espacio y convierte cualquier rincón en algo digno de una película de ciencia ficción. Su superficie translúcida juega con la percepción, permitiendo que la luz atraviese el marrón ahumado y transforme cualquier espacio con su efecto envolvente.

 

TAMAÑO, POR SI TE IMPORTA

Altura: 45 cm. Ancho: 120 cm. Profundidad: 35 cm. Compacta, pero con presencia. El cristal le da ese toque extra de funcionalidad sin perder un ápice de su carácter.

 

NO SE HACE EN SERIE, NI DE BROMA

Aquí no hay producción en masa. «Nubita» es parte de una edición limitada, cada una numerada y firmada con pirografía (sí, fuego sobre material, porque nos gusta lo dramático) y con su certificado de autenticidad. No hay dos iguales, y así es como debe ser.

 

MATERIAL & FABRICACIÓN (O POR QUÉ VALE LA PENA)
Hecha a mano con energía solar (porque ser sostenible también puede ser sofisticado) y fabricada con PMMA 100% reciclable. Y como toda pieza artesanal, puede tener sutiles marcas y ligeras variaciones en la curvatura—no son defectos, son las huellas de su proceso de creación. Nada de producción robótica aquí, solo manos expertas dando forma a cada detalle.

 

CÓMO CUIDAR TU PRECIADA OBRA DE ARTE
No necesitas un manual de 50 páginas. Un paño suave y agua con jabón son suficientes. Nada de productos agresivos ni esponjas asesinas, por favor. Si decides usarla en exteriores, protégela de condiciones extremas. Y sí, su tono marrón ahumado puede intensificarse o suavizarse según la luz, porque lo estático es aburrido.

¿Transparente? Sí. ¿Discreta? Ni de lejos.

 

ÉTICA Y CRISIS ECOLÓGICA EN LA ERA DEL ANTROPOCENO: O CÓMO HACER ALGO ÚTIL CON EL DESASTRE

Sí, hay demasiados humanos y demasiados plásticos. No es novedad. Pero negar su existencia no hará que desaparezcan. Nuestras piezas de rPMMA/PMMA aceptan esta realidad sin dramas ni discursos vacíos. Si el plástico nos ha invadido, mejor que al menos se vea bien.

 

Aquí no hablamos de ecología naive ni de mundos ideales donde todo es biodegradable y perfecto. Esto es la ecología oscura: aceptar que la humanidad ha moldeado el planeta de formas irreversibles y que ahora nos toca lidiar con ello sin edulcorantes. El plástico ya está aquí, y en lugar de fingir que no, lo convertimos en algo con peso cultural, artístico y funcional.

 

Porque cuando no se recicla, el plástico se convierte en un residuo eterno, un fósil de nuestra era antes de que siquiera nos extingamos. La economía circular no es una tendencia, es una forma de navegar este nuevo paisaje, uno donde lo artificial y lo natural ya no pueden separarse. No podemos borrar lo que hemos hecho, pero sí decidir qué hacemos con ello.